martes, 26 de octubre de 2010

Lo difícil de una enfermedad


Lo difícil de una enfermedad


 

Mar 5:25  Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
Mar 5:26  y había sufrido mucho a manos de muchos médicos,  y había gastado todo lo que tenía y de nada le había servido,  antes le iba peor,
Mar 5:27  cuando oyó hablar de Jesús se acercó por detrás entre la multitud y tocó su manto,
Mar 5:28  porque decía:  "Si toco tan solo su manto,  seré salva".
Mar 5:29  Inmediatamente la fuente de su sangre se secó,  y sintió en el cuerpo que estaba sana de su azote.

 

Hemos escuchado tantas prédicas que hablan de la mujer del flujo de sangre y de la Fe de ésta para sanar, sin embargo hoy quiero hablar sobre otro aspecto de este relato, aplicándolo al área emocional. Quiero llegar a tu corazón, mediante el Espíritu Santo que entiende por lo que has estado atravesando.  Espero que sea de edificación a su vida, como lo ha sido a la mía.
Tres de los cuatro evangelios hablan del relato de la mujer que padecía de un constante flujo de sangre y los tres relatos revelan aspectos de suma importancia a considerar.  El libro de Marcos nos os dice que este padecimiento estuvo con esta mujer por espacio de 12 años.   Y allí comienza el Señor a ministrar sobre el aspecto emocional de esta mujer, que durante doce años se levantaba diariamente para notar que algo anormal estaba ocurriendo en su cuerpo.  La Biblia no dice que ese flujo de sangre iba acompañado de algún dolor, sin embargo, sólo las féminas pueden asegurar que cualquier enfermedad que esté relacionado con el sistema reproductivo y/o endocrino trae consigo incomodidad y dolor.  Suponiendo que este padecimiento fuese indoloro, aún así, levantarse diariamente con hemorragia debe ser una experiencia sumamente desagradable para quien lo experimenta. 




 

El relato en Marcos nos revela que "ella había sufrido MUCHO a manos de MUCHOS médicos y había gastado TODO lo que tenía y de nada le había servido, antes le iba peor".  Es precisamente sobre estos aspectos que deseo enfocar en este artículo. Esta mujer había buscado ayuda en la ciencia.  Dice las Escrituras que fue a MUCHOS médicos.  Y aunque seguramente todos concuerdan que hoy disfrutamos de mayores adelantos y más conocimiento sobre medicina  comparado con la antigüedad, seguramente también todos concuerdan que aún cuando la ciencia ha sido de ayuda a muchos, sigue estando limitada, hasta el punto que hay síntomas y padecimientos en los cuales no se ha encontrado nombre, y menos una cura.  Hoy día he escuchado, al igual que esta mujer, a muchas personas que asisten regularmente a médicos por diversos padecimientos y tal pareciera que los médicos "no saben" ó "no han podido dar" con lo que realmente el enfermo siente.  Tanto así que el/la enfermo/a decide cambiar de médico con la esperanza de que éste otro/a sea certero y pueda dar de una vez y por todas con el problema.  Grande es la frustración cuando luego de haber visitado a varios médicos, de haberse realizado decenas de laboratorios, de haber usado cientos de medicamentos,  aún la situación persiste y en algunos casos se agrava.  El enfermo siente que los médicos están dando palos a ciegas, tratando de dar con una causa que no logran definir, y encima de ello sigue recetando medicamentos que no logran "sanar" los síntomas.  Adicional a ello están los médicos que trata ó hace sentir al enfermo como un hipocondriaco, insinuándole  ó expresándole de manera abierta que se está inventando los síntomas, que todo es producto del estrés, de los problemas familiares,  ó algo sin importancia.  Ante lo anterior, algunos enfermos frustrados deciden acudir a otros medios como de medicina no convencional como la medicina natural, acupuntura, etc., sin éxito. Al final de la jornada, el/la enfermo/a ha gastado una considerable suma de dinero en médicos, laboratorios y medicamentos sin que aún tenga un diagnóstico certero de cual es la enfermedad, ó que la está provocando, y por consiguiente como sanarla.   En todo este análisis no hemos mencionado como esto afecta a conyuges, hijos o familiares, la vida diaria trayendo aún más dolor al enfermo.   Mientras todo esto ocurre el enfermo se levanta día tras día sintiéndose enfermos, con  síntomas en su cuerpo que nada ni nadie les ha podido diagnósticar ó simplemente ayudar.  Es frustrante?  Por supuesto que si!  Eso vivió esa mujer, que ya estaba emocionalmente marcada por una sociedad que la mantenía aislada por considerarla inmunda a causa de su enfermedad.  Encima de eso tuvo que atravesar una dolorosa jornada através de la ciencia que no pudo ayudarla en su problema de salud.  Adicional esta enfermedad afectó seriamente su economía ya que dice las Escrituras que ella "gastó todo lo que tenía".   Bien dice un refrán que no existe dinero en el mundo que pueda comprar la salud. 

 

Me llama la atención como esta mujer insistía en su sanidad.  De alguna forma en su interior ella sabía que lo que estaba sufriendo no era normal, y no debía estar en su cuerpo.  Por eso se esforzó tanto, y gastó tanto dinero en buscar una solución.  Aún cuando la ciencia no pudo ayudarla ella no se resignó a vivir de esa forma y no perdió su esperanza y su fe en encontrar sanidad.  La fe agresiva de esta mujer es digna de resaltar y emular.  Ella no mandó a venir a Jesús, ella decidió ir hacia él, sin mucho ruido y arrebatar su sanidad.   Ella quería sanar y haría cualquier cosa por lograrlo!   Ella dijo:  "si toco tan solo su manto, seré salva (sozo, que en griego es hacer completo, sanidad)".  Su Fe no fue defraudada, y tal como ella lo pensó, lo hizo, fue hecho.  

 

Al igual que ayer, hoy vemos mucha gente enferma físicamente, que necesitan el toque sanador de Jesucristo donde la ciencia ha estado limitada y ha fallado.  Muchos están atravesando lo que ésta mujer atravesó, esto es, que han ido a MUCHOS médicos, de diferentes ramas ó especialidades, en busca de respuestas, de un diagnóstico a su padecimiento, de una cura para su enfermedad.  Muchos han gastado considerables cantidades de  dinero, y siguen igual ó peor. 

 

La iglesia debe entender la importancia de la sanidad divina como parte integral de la salvación y del ministerio de Jesucristo.  Tristemente se ha abandonado ó ignorado la sanidad divina como  una enseñanza y doctrina fundamental de la salvación y de Jesucristo mostrada en todos los evangelios como parte de Su ministerio (Mateo 9:35).   Estamos viviendo tiempos de gran impacto espiritual, evangelistico y de revelación de la Palabra la cual debemos aprovechar para que el poder de Dios se manifieste de forma sobrenatural dondequiera que se predique la Palabra  atraves de milagros y sanidades.   La gente no necesita escuchar cuanta revelación y conocimiento tiene X predicador,  la gente necesita conocer a y más de Jesús siendo formados en El siendo salvos y sanos, viviendo una vida abundante.  Los apóstoles se distinguían por imitar a Jesús, no solo predicando con sabiduría y revelación sino también manifestando el poder de Dios através de milagros y sanidades. Tenemos que dejar de impresionarnos por la letra, por lo que dicen, y permitir a Dios impresionar a los perdidos y confirmar a su iglesia mediante el PODER de Dios manifestado en las vidas siendo salvadas y sanadas físicamente.  Cuantas veces incurrimos en el error de traer personas a la congregación para escuchar "tremenda palabra, y tremenda revelación", pero al final de la jornada, cuantas vidas fueron salvadas, y cuantos enfermos fueron sanados?  Todos los extremos son perjudiciales, y ciertamente el conocimiento y la revelación es necesaria sin dejar fuera la salvación y la sanidad como parte integral del mensaje de Dios. He escuchado mensajes que tienen el contenido necesario para provocar que el pueblo se mueva en Fe recibiendo su sanidad ó milagro; pero tristemente hemos presenciado como de forma astuta el predicador logra dirigir el final de su mensaje para levantar una "ofrenda de pacto" por un milagro que aquel que ofrende  "desee recibir"  (pero que el predicador que ha de llevarse en su bolsillo esa misma noche) sin que se haga un llamado a salvación y mucho menos oración por los enfermos. 

 

Con cuanta frecuencia hablamos de la sanidad divina en nuestras congregaciones?  Nos referimos muchas veces a la congregación como el "hospital del alma" , pero ignoramos consciente ó inconscientemente, que Jesús sanaba físicamente a los enfermos por doquiera que iba como algo normal e integral de su ministerio y dentro de su mandato de predicar la Palabra está imponer manos a los enfermos y que estos sanen (Marcos 16:15-18). 

 

Muchos milagros de sanidades trajeron consigo la salvación del alma debido a que vidas que fueron sanadas por Jesús decidieron servirle agradecidos. Através de una sanidad física puede haber salvación espiritual.  Sin embargo Dios no nos sana con condiciones, ya que nunca preguntó a los enfermos que harían después de ser sanados.  Dios nos sana porque nos ama, y porque no es Su voluntad que estemos enfermos.  Este mundo necesita salvación espiritual y también sanidad física la cual Dios ya proveyó mediante su Hijo Jesucristo cuando murió en la cruz ( Isaías 53:3-5). 

 

Usted que lee posiblemente se identifique en con el proceso difícil, frustrante, tedioso y emocional que esta mujer sanada del flujo de sangre, atravesó.  Crea en este día que hoy es el día de su Sanidad.  Crea en este día que hoy cesa todo síntoma, que hoy se seca toda enfermedad en su cuerpo en el nombre de Jesús.  Crea como esta mujer, que esa enfermedad no es suya, que no debe estar en su cuerpo y haga lo propio para salir de ella, esto es, viniendo con Fe a Jesús para hallar sanidad.

 

Pastora Mayra Ramos
Casa de Restauración EL HABRIT
Fundadora Ministerio Mujeres de Restauración y Pacto
San Germán PR 00683


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