martes, 4 de mayo de 2010

“HIJA, tú FE te ha sanado”

"Hija, tu fe te ha sanado"


 

Este artículo lo escribo para todas las mujeres que atraviesan enfermedad. Te animo y te exhorto a leerlo completo.


 

Luk 8:43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,

Luk 8:44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.

Luk 8:45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?

Luk 8:46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.

Luk 8:47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.

Luk 8:48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.


 

La mujer del flujo de sangre es uno de los relatos que ministra incesantemente a mi vida cuando se trata de predicar y enseñar sobre la SANIDAD DIVINA.

Como la mujer del flujo de sangre hay muchas mujeres diagnosticadas con enfermedades y padeciendo por mucho tiempo de estas. Pero hay esperanza, hay una solución, que es Jesus el Sanador.

Esta mujer habia acudido a la ciencia, que aunque en muchas ocasiones ha podido brindar ayuda y alivio a condiciones, síntomas y enfermedades; sabemos que está limitada y que en algunos casos los efectos secundarios resultan ser peores que la misma enfermedad. En el caso de esta mujer, la ciencia no pudo ayudar a resolver su situación. Gastó todo cuanto tenia. Que triste! Cuando leo ese detalle medito en las miles de personas que mensualmente gastan gran parte del dinero que reciben mensual (Seguro Social, ayudas gubernamentales, cheques de retiro, ayudas familiares, etc), en comprar medicamentos, equipos, visitas de rutina, laboratorios, tratamientos, que no han podido sanar su enfermedad sino que le permiten al enfermo vivir de manera con su enfermedad de manera "mas comoda", "llevadera" y en el peor de los escenarios mantenerla "controlada".

La enfermedad limita e incapacita

Esta mujer del flujo de sangre gastó todo lo que tenía. Doce años con un flujo de sangre. Las mujeres cada mes atraviesan por lo que se conoce como menstruación. Imaginese el escenario, doce años, cada dia, sangrando. No existian las famosas toallitas sanitarias desechables que tenemos hoy. No sabemos si ese flujo iba acompañado de algún síntoma adicional como dolor, malestar, incomodidad, pero pudiésemos especular que fue asi. A lo anterior es necesario anadir y mencionar que la norma de la época/cultura descalificaba a esta mujer para compartir con la sociedad, ya que era considerada inmunda. No solo estaba enferma físicamente, sino también emocionalmente marginada. La enfermedad no solo afecta tu cuerpo, sino también tus emociones. Cuantas personas, ante la impotencia, incapacidad y falta de conocimiento para tratar con su enfermedad, caen en depresión, ansiedad, trastornos de pánico y "stress"? Muchas. Entonces no solo afecta su físico, sino también sus emociones.

Determina tu milagro!

Es interesante este relato porque fue la mujer quien decidió ponerle punto final a su enfermedad. Ella determinó el momento de su milagro! Ella dijo: "Con solo tocar su manto seré salva". Aun sabiendo que era declarada inmunda y que no podía tocar su cuerpo (por eso tocó el manto), que tendría dificultades para llegar a Jesus, ella determinó llegar a el, y sin necesidad de contacto físico, solo con sus vestidos ella sanaria. Mujer que me lees, no tienes que esperar tu sanidad de determinado modo. Hay personas que esperan campañas de sanidad para recibir su milagro. Lo anterior no es malo sin embargo usted no tiene que esperar un servicio especial, pues Dios quiere y puede sanarle de su azote HOY, allí en el lugar donde se encuentra. La voluntad de Dios siempre será la sanidad, y por eso siempre estará presto para sanarle. La enfermedad tiene que ser vista como lo que es: un azote, un agente externo que no debe estar en su cuerpo, que aflige, que limita, que incapacita, que inhabilita y que no debe hacer morada allí, y que debe salir en el nombre de Jesus. No olvide que Jesucristo nunca enfermó sino que durante su ministerio siempre sanó a los enfermos.

"Me levantaré"

La palabras de esta mujer muestran una Fe activa y agresiva. Durante el ministerio terrenal de Jesus todos los que "se levantaron y acudieron a Jesus en busca de sanidad la recibieron ( Lucas 6:17). Solamente donde hubo incredulidad no pudo realizar milagros (Mateo 13:58). Obviamente los que no creen, los que tienen dudas, los que se han conformado, resignado y adaptado a la enfermedad no buscan la sanidad, han caído en un estado/actitud pasiva, sus oraciones son: "Si Dios quiere", "cuando Dios asi lo disponga", "Si es su voluntad que sane", entre otras. Pero esa no es la actitud y la oración correcta ante una enfermedad. No es lo que muestran las Escrituras. De igual forma que muchos se levantan para asistir al medico, levantese para ir a Jesus, nuestro Sanador. Como hizo esta mujer, levantese, y vaya a Jesus en oración, proclame: "hoy es el dia de mi milagro, hoy yo sano de esta enfermedad, hoy cesa, hoy le coloco punto final, hoy sano en el nombre de Jesus".

Culmino con el titulo del tema: "Hija tu fe te ha sanado". Sin embargo, cuando vamos al texto bíblico vemos que la palabra utilizada en español es SALVADO. Permitame explicarle. La palabra original griega es SOZO que significa: salvar, sanar, perservar, hacer completo. Es de suma importancia que la iglesia comprenda que la salvación en Cristo es una obra completa para y en el ser humano. La salvación cubre y abarca el espíritu, el alma (emociones) y el cuerpo (físico). Jesucristo sanó a esta mujer completamente. Cuando ella tocó su manto la sanó físicamente. Pero cuando Jesus le llamó: "HIJA" , la sanó emocionalmente. Jesús sabia que habia salido virtud de El, sin embargo, era necesario que esta mujer fuese sanada emocionalmente y restaurada a la sociedad de la cual habia sido marginada a causa de su enfermedad fisica. Por eso, Jesus la llama HIJA. Su identidad y su posición de mujer e HIJA de Dios fue restaurada/sanada de manera instantánea a la misma vez que su cuerpo. Y cuando le dijo " tu Fe te ha salvado", la sanó espiritualmente mas resaltó la importancia e insustituible ingrediente de LA FE. Activar su Fe en Jesus fue lo que provocó que esta mujer recibiera sanidad total.

La sanidad divina no es un elemento separado de la salvación/sanidad espiritual. La sanidad divina esta incluido en el sacrificio de la cruz y la salvación, por eso dicen las Escrituras:

Isa 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades

y sufrió nuestros dolores,

¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,

como herido y afligido por Dios!

Isa 53:5 Mas él fue herido por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados.

Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,

y por sus llagas fuimos nosotros curados

Psa 103:3 Él es quien perdona todas tus maldades,

el que sana todas tus dolencias,


La obra redentora de Cristo, esto es, la salvación es completa y nos salva completamente (espíritu, alma y cuerpo). Por ello, cuando la enfermedad ataca nuestro cuerpo, atraves de su sacrificio nos proveyó sanidad divina.

Hermanas, me identifico con el relato de esta mujer aunque fueron circunstancias diferentes. Desde el embarazo de mi segundo hijo, comencé a experimentar síntomas en mi cuerpo, que no solo me afectaban físicamente sino también emocionalmente. Hubo días que no podía levantarme de la cama y eso traia mayor ansiedad y tristeza. Pensaba en mis hijos, en mi esposo y como esta enfermedad me limitaba en atenderles. No podía evitar pensar la posibilidad de que mis hijos quedaran huérfanos y eso me hacia caer en una profunda tristeza, lloraba con frecuencia, afligida física y emocionalmente. Tenia conocimiento de la Palabra, y aun siendo ministro del Senor me preguntaba porque no me sanaba si yo predicaba, ensenaba y oraba por los enfermos y estos eran sanados. Me sucedió como a la mujer del flujo de sangre, esto es, que "llegó Jesus". Usted se preguntará: pastora pero usted conocía a Jesus, como es que dice "llegó Jesus"? Permitame explicarle y elaborar en mi respuesta. La mujer del flujo de sangre habia escuchado de Jesus. Ella tenia conocimiento de que El podía sanarla, pero no fue HASTA que ella se levantó y activó su fe, y fue en busca de su sanidad, que la recibió. Yo tenia la teoría, pero no lo habia puesto en practica. Sabia que Jesus me habia sanado, pero mi fe aun se encontraba pasiva, y sin temor a reconocerlo, me faltaba la fe con frecuencia, y abria puertas constantes a la incredulidad. Cada vez que experimentaba un síntoma, me mente se llenaba de dudas sobre la obra sanadora de Cristo. Por eso no recibia ni veía mi sanidad. Pero cuando "llegó Jesus" , esto es, se abrió mi entendimiento y pude recibir la revelación de la Sanidad Divina no solo a mi mente sino también a mi cuerpo; cuando "me levanté" para llegar y acercarme a la presencia de Jesus, recibí la sanidad y el azote cesó. En mi caso, comencé a leer sobre la Sanidad Divina, de hermanos en la Red que Dios puso en mi camino y mi entendimiento fue abierto sobre esta maravillosa verdad ( a eso también le llamó "llegó Jesus") . Me levanté de mi enfermedad y de la comodidad para comenzar a acercarme mas a Jesús. Me levanté en Fe y comencé a buscar todos los textos de Sanidad Divina en Su palabra, y comencé a abrir paso en medio de los obstáculos que encontraba en el camino y que me impedían acercarme a Jesus como lo es la duda, el prejuicio y hasta doctrinas tradicionales que arrastramos y que impiden el fluir de la revelación de Dios. HASTA que hice lo anterior, es que fui libre del azote de mi cuerpo. Mi entendimiento y por consiguiente mi cuerpo recibió la revelación de que Cristo ya me sanó. Por sus llagas fui sanada (pasado).

Quiero compartir esta VERDAD ESCRITURAL contigo, de modo que también recibas tu milagro de sanidad.

Recibe la palabra de sanidad que hoy es enviada a tu cuerpo.

Psa 107:19 Pero clamaron a Jehová en su angustia

y los libró de sus aflicciones.

Psa 107:20
Envió su palabra y los sanó;

los libró de su ruina.


 

Asi como esta mujer determinó y recibió la sanidad para su cuerpo, tu puedes recibirla hoy. Dios quiere y puede sanar no solo tu enfermedad física sino todo lo que esto ha dañado (emociones e identidad). Recibe hoy tu milagro de sanidad! Conforme tu fe sea hecho!


 


 

Pastora Mayra Ramos

Ministerio Mujeres de Restauración y Pacto

Casa de Restauración "El Habrit"

San Germán PR 00683


 


 

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