"Conyuge" Laboral

Pastor Marcos A. Colón
Casa de Restauración ‘El Habrit’ (Dios de Pacto)
San Germán, Puerto Rico

Un cónyuge laboral es una compañera de trabajo con quien se tiene una relación cercana y platónica. En mucha manera este tipo de relaciones puede pueden reflejar características de un matrimonio real.

En una encuesta en el 2007 en Vault.com 23% de los trabajadores reportaron tener ese tipo de relación.

¿Tiene usted una “esposa” en el trabajo?
Le mostramos los signos que indican claramente la existencia de este tipo de relación:

1. Usted depende de una compañera de trabajo en particular para que le facilite materiales de oficina, meriendas y aspirinas.

2. Existen chistes internos que usted y esta compañera en específico comparten.

3. Usted puede ser franco y sincero con esta persona con respecto a su apariencia, higiene o peinado (y viceversa).

4. Cuando sucede una eventualidad fuera de lo común en el lugar de trabajo esta compañera es la primera persona que usted busca para contarle o que le cuente a usted los detalles de lo sucedido.

5. En cuestión al desayuno, almuerzo o “coffee break” esta compañera de trabajo sabe que pedir para usted y como le gusta que se le prepare el café.

6. Usted y su compañera de trabajo pueden terminar las oraciones del uno al otro.

7. Esta persona sabe tanto de usted y su vida personal como su mejor amigo o su verdadera esposa.

La información anterior fue traducida de un fragmento de un artículo en ingles de la página www.careerbuilder.com.

Les he traído esta información dado a que los hombres que trabajan por lo general pasan más tiempo compartiendo en el escenario laboral que el tiempo que pasan con sus familias. Por lo tanto es importante que cada hombre tenga claro cuales son las líneas que no deben ser rebasadas entre lo personal y lo laboral. Gran parte de las infidelidades se dan entre compañeros de trabajo. En muchas ocasiones estas “esposas” laborales le sirven al hombre de “confidentes” donde ellos desahogan sus frustraciones de su matrimonio real. Luego pueden terminar de amantes. Este tipo de situaciones se ven con mucha frecuencia, contrario a lo que muchos puedan pensar. A muchos estas conversaciones le parecen inofensivas, pero luego de experimentar las consecuencias negativas es que alcanzan a entender el peligro de esta conducta.

Es por esto que le aconsejo a los hombres casados que salvaguarden su matrimonio. Que nunca compartan sus intimidades matrimoniales con terceras personas. Que en sus lugares de trabajo anden íntegramente, sin que nadie les pueda señalar que coquetean o hablan más de lo debido con una compañera de trabajo. Esto les puede evitar la destrucción de su matrimonio y hasta demandas de hostigamiento sexual. Le recomiendo a los hombres casados que trabajan en oficinas tengan una o varias fotos de su esposa en su escritorio. Si alguien le pregunta háblale de lo feliz que es junto a ella.

Aun los hombres solteros deben ser muy cuidadosos en sus lugares de trabajo, para que nadie tenga nade que decir de ustedes ni se ponga en entredicho su carácter e integridad. Tu esposa pudiera terminar siendo alguien con quien trabajas como le ha sucedido a muchas personas. Eso es totalmente normal, pero pudiera tornarse es un arma de doble filo y no conviene andarse de donjuanes en el lugar de trabajo, esto puede terminar afectando tu vida emocional y hasta tu trabajo pudiera verse afectado. Que triste es cuando se aguanta una promoción, un aumento salarial o hasta se efectúa un despido por cosas que no están directamente relacionadas al desempeño laboral. No se puede olvidar que el carácter y los valores es lo primordial, un oficio y unas tareas cualquiera las puede aprender.

Por ultimo les expongo una palabra de la Biblia y les insto a ser fieles a sus esposas en todos, valorarlas y amarlas.

Efesios 5:25 Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella 26 para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, 27 para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.28 Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, 29 pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo.